Nada o poco se habla en la prensa mundial del sufrimiento de las minorías cristianas que viven en países islámicos. Los cristianos Cóptos de Egipto son víctimas de discriminación, humillaciones y atentados desde hace decenios. Su clamor pidiendo auxilio apenas si es escuchado por las potencias occidentales. En la República Islámica de Pakistán sufren agresiones y el incendio de iglesias. En Irak el yijad islámico persiguió a la minoría cristiana que tuvo que emigrar a raiz de contínuos atentados y de la trágica muerte del Obispo de Bagdad. En Siria la minoría cristiana ha sufrido masacres perpetradas por el régimen y por extremistas islámicos y miles han tenido que huir y buscar refugio en Turquía. Los cristianos del Líbano sufren los rigores del acoso del Hizbalá. Extremistas islámicos en Nigeria incendian iglesias y masacran a la población cristiana mientras las potencias se cruzan de brazos.
Estas imágenes evidencian el maltrato y las persecuciones de que son víctimas miles de civiles por el simple hecho de ser cristianos:
Buena parte de los cristianos de Belén (entre éllos muchos católicos) han tenido que emigrar a otros países como consecuencia de años de acoso por parte de extremistas islámicos palestinos. Pero si la iglesia católica denuncia esos atropellos sería víctima de represalias violentas por parte de organizaciones terroristas como el Hamás Islámico. Es más fácil calumniar y condenar a Israel porque saben que Israel respeta a los cristianos. El Patriarcado Latino de Jerusalén ha adoptado la cobardía como medio de supervivencia en un entorno musulmán hostíl. Vean el reportaje sobre el éxodo de cristianos de Belén en español aquí y en el New York Post aquí